jueves, 19 de julio de 2018

Antonio Costa habla sobre el nacimiento de la novela "Mateo el maestro de Compostela"

La primera idea la tuve en los años setenta. Me pasaba cientos de tardes contemplando el Pórtico de la Gloria. Para mí era la expresión de la plenitud y la libertad. Leí una monografía de un teólogo de Santiago, leí otras interpretaciones de todas las tendencias. A los 23 años leí “San Bernardo, Europa en el siglo XII”, un libro de mil páginas que me sumergió en aquella época.

Siempre me fascinó la Edad Media, leí miles de libros sobre ella, de Historia, Arte, Filosofía, Religión, Esoterismo. Más tarde me licencié en Historia del Arte. Visité todos los lugares que se supone que influyeron en el Maestro Mateo: San Vicente de Ávila, San Sernín de Toulouse, Santa Magdalena de Vezelay.

Investigué sobre las catedrales, sobre los comienzos del gótico, sobre las corrientes espirituales de la Edad Media, sobre las peregrinaciones, sobre Armenia.

Visité todas las iglesias del camino de Santiago desde Compostela hasta París.En los años ochenta escribí varias versiones, todas las destruí. En los noventa en mi pueblo de Galicia tuve una iluminación: vi la estructura actual de la novela.

lunes, 16 de julio de 2018

Entrevista a Silvia Miguens autora de "Alejandro Romanov"

1. ¿Cómo ha llegado una escritora argentina a escribir sobre dinastías europeas?
Bueno, he de confesar que en principio fue un pedido de la Editorial, pero cuando empecé a investigar me recordé a mí misma con 15 años, en la escuela secundaria, leyendo estas historias de la monarquía; y además de tener que leer o estudiar por obligación, lo extraordinario fue que el profesor de Historia, don Gerónimo Capdepont, un señor con pipa y tirantes, se preparaba a dar la clase y guiñándonos un ojo, siempre empezaba por las intrigas amorosas. Recuerdo, que esto causaba molestias en los padres de mis compañeros. No recuerdo que causaba en los míos, pero a mí sin dudas, me dejó grabada de por vida este gusto por la historia y sus intrigas; en la monarquía las ‘historias de amor’ o por lo menos los matrimonios estaban ligados directamente con cuestiones políticas y sociales. Aquellos matrimonios, aunque en pocos casos por amor, trazaron mapas y fronteras, y dieron lugar a más de una guerra.

2. ¿Podría explicarnos el proceso que lleva a cabo para redactar una novela de estas características (documentación, contrastación de datos, escritura,...)?
Empiezo por investigar algo básico, y curiosamente, conectarme con alguna característica del personaje en cuestión, relacionada con el amor, la soledad, el papel que les tocó jugar en el entorno familiar, y trato, como imagino que ellos se veían a sí mismos (sobre todo las mujeres), de ubicarme como espectadora. Imagino a Catalina, y así conté la historia, como espectadora de su propia vida y su entorno. Figchen, observando y viendo moverse a Catalina La Grande en ese inmenso escenario que es Rusia… Desde lo privado, desde lo más íntimo. El resto, claro, es investigar, pero sobre todo investigar en el entorno político y social. Y tratando de encontrar y comparar las distintas versiones de sus contemporáneos acerca del personaje.

3. ¿Qué tiene la dinastía Romanov que le atrae tanto?
Creo que hubo mucho de fantasía en torno a ellos. Para empezar salvo Pedro el Grande, la dinastía rusa se conformó con personajes de distintas culturas. Nadie era hijo de quien se decía su padre. Catalina era alemana, pero se dijo que era hija de Federico de Prusia, entonces todo es relativo en aquella dinastía. Los rusos, además, por lo menos visto desde acá y desde hoy, son muy torturados, muy bucólicos: ríen bailan y lloran al mismo tiempo. Además en aquel entonces tenían el gran contraste de sus orígenes bárbaros y mezclados con la inmensa cultura que recibieron, gracias a Catalina y a Alejandro I, de Europa. Escritores franceses, arte italiano…en fin. No sé. Me fascinan aquellas historias.

4. Alejandro Romanov es su tercera novela histórica, ¿de dónde nace su interés por las biografías de reyes y reinas?
Como ya mencioné al comienzo, creo que eso me viene de los cuentos de hadas en primera instancia, siempre había reyes, princesas y príncipes encantados; luego vinieron aquellas historias también de amor, que contaba mi profesor de historia, a una edad mía en la que aún tenía a mano aquellos primeros cuentos de hadas… Fue como ver otra vuelta de las mismas historias. Hoy, releo las historias, y recuerdo aquellas metáforas de las hadas buenas de las brujas…entiendo más la metáfora o las encuentro donde no sabía de niña que existían. Además, mi patria, Argentina, se construyó a partir de las guerras de la Independencia de España, de Fernando VII. Y así debía ser. De modo que aunque parezca tan lejano en tiempo y en espacio, no lo es. Toda la historia de los argentinos, y de todos los habitantes del Sur de América se construyó en base a la Independencia de los europeos. Y según las propias controversias entre España, Francia e Inglaterra allá por el siglo XIX. De ahí hemos nacido. Entre conquistadores, con el aval de los reyes de turno, y los conquistados. De modo, que al fin y al cabo no es un tema tan extraño. Por otro lado, mis abuelos paternos eran españoles, y mis bisabuelos maternos vascos franceses… Repito, no son temas tan ajenos. Hay algo que nos une más allá de lo que se ve. Es una cuestión que creo que solo los americanos del Sur en este caso, llevamos en la sangre la historia europea nos pertenece, también conforma nuestro pasado no tan lejano.

5. El título anterior publicado en Ediciones Nowtilus, «Catalina la Grande», ha tenido muy buena acogida de crítica y público, ¿por qué cree que ha conseguido este éxito editorial?
Esto me alegra mucho, supongo que es porque la conté en un terreno más cercano a lo íntimo, su propia voz contando la historia de cómo llegó a ser una reina y a continuar una dinastía poderosa y conflictiva, aquella pequeña y contrahecha niñita alemana. Su eterna búsqueda del amor, pero sobre todo su inmensa capacidad para gobernar semejante nación.

6. ¿Cómo espera que acojan sus lectores esta nueva novela?
Deseo que Alejandro enamore a los lectores como me enamoró a mí. Era el nieto preferido de Catalina, ella lo crió según sus ideologías. Con sus mismos miedos y gustos, era de una cultura incomparable, y de una gran entereza y al mismo tiempo una gran debilidad. Debatiéndose toda su vida entre la carga de tener que gobernar solo por ‘mandato divino’ y al mismo tiempo su gran devoción por la mística y la religión; tal vez para intentar comprender por qué Dios le había endilgado semejante mandato. Es un personaje muy complejo. Inmenso, más aun que Catalina, que además de vencer al gran Napoleón, y reinstaurar las monarquías europeas, supo morirse a tiempo, o retirarse a tiempo, generando una de las más curiosas y hermosas leyendas en Rusia… Además, quise retratar a la par, gracias a esta leyenda, algunas de las inquietudes del gran León Tolstoi…que fue un seguidor de los Romanov, a quien mal o bien dedicó toda su obra. Empezando por Guerra y Paz.

7. Tras la publicación de esta obra, ¿tiene algunos otros títulos en preparación?
En este momento he vuelto a un personaje local, una leyenda urbana de Buenos Aires, también relacionada con la historia, ya que su padre fue el Almirante Brown, un irlandés que dio origen a la Armada Argentina, y que a mediados del 1800, defendió las costas argentinas de los españoles, los franceses, y hasta de los mismos británicos. Pero existen además, otras historias que me gustaría desarrollar e investigar. Sin dudas nunca serán totalmente ajenas a la historia europea, porque repito, los lazos son inevitables en distintos tramos de la historia americana; por ejemplo Flora Tristán, medio peruana y medio francesa, que recorre buena parte de Europa con su militancia socialista, luego de hacer su gran recorrido por el Atlántico, el Cabo de Hornos, y hasta Perú, allá por el 1830. En fin las historias son infinitas como la imaginación y el placer que dan la escritura y la lectura.