En mi libro El reloj del fin del mundo ya recogía las proféticas palabras del doctor de
En 1997, los pollos empezaron a morir en algunas granjas y pantanos de
El primer brote de H5N1 se logró controlar pero supuso el sacrificio de casi dos millones de aves. En 2004 se reabriría la crisis de la gripe aviar, otra vez en el sudeste asiático y, desde entonces, ha habido un goteo de muertos incesante hasta nuestros días. A fecha de hoy se cifran en 257 los muertos por esta enfermedad de 411 contagiados.
El anuncio de
El pasado día 12 de abril ingresaba en un hospital del sureño estado mexicano de Oaxaca una mujer de 39 años. Mostraba los síntomas habituales de una gripe: tos, fiebre, dolor de cabeza¼Al día siguiente fallecería. Durante los ocho días anteriores, la víctima había estado deambulando por varias clínicas, en busca de un remedio a su malestar. Nadie supo tratarle. Diez días después de su muerte, el 23 de abril, las autoridades mexicanas confirmarían que se hallaban ante un virus no visto con anterioridad. Un virus que combinaba material genético del de la gripe porcina, el aviar y el humano. Se trataba de un subtipo absolutamente desconocido y frente al cual no existía una vacuna específica.
En los días que siguieron a esta confirmación México ha vivido una situación caótica en la que los infectados por esta nueva gripe porcina se iban multiplicando de manera exponencial. Entre las regiones más afectadas en los primeros días se encontraban el del estado de México y San Luis Potosí. Los muertos empezaban a contarse por decenas.
Lo que en principio parecía un brote local ha traspasado todas las fronteras. El día 25 de abril, dos días después de declararse las primeras muertes en México, saltaban las alertas en Estados Unidos, en donde el virus había entrado a través de la permeable frontera del sur del país. Los primeros casos fueron detectados en los estados de Texas y California para después alcanzar otras latitudes como Nueva York. El día 25, el Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos reconocía que ya era tarde para tomar medidas y que la situación se les había escapado de las manos. El domingo 26, el presidente Obama anunciaba el estado de emergencia de salud pública, que permitiría disponer a la administración de una mayor cantidad de recursos para afrontar una crisis epidémica.
En los días siguientes, las infecciones por el H1N1, en referencia al tipo genético del virus, se extenderían a Europa y a Nueva Zelanda. En principio, todos los pacientes obedecían a un perfil de adulto joven que acababa de viajar a México, pero enseguida empezaron a aparecer casos de enfermos que no se habían desplazado a este país. Así las cosas, el martes 28,
A día de hoy, casi dos semanas después del inicio de la crisis en México, los infectados prácticamente llegan a 2.500 en 25 países. Los muertos son más de cuarenta, sólo en México. De hecho, sólo dos muertes se han producido fuera de las fronteras del país centroamericano. Y ésta constituye una de las incógnitas de la crisis porque, pese a los datos apuntados, los enfermos de las demás regiones del planeta parecen responder bien a los tratamientos.
Este hecho, que ha generado gran desconfianza, ha servido para alimentar algunas ideas conspirativas. En Internet circulan todo tipo de teorías como la posibilidad de un ataque biológico por parte de algún terrorista; algo que podría explicar esa desproporción en las muertes de un país frente al resto del mundo.
Sin embargo, y a pesar de que los científicos no pueden resolver aún de manera clara este dilema, todo hace pensar que las primeras alarmas sobre los casos de H1N1 mexicanos saltaron tarde y para cuando se tomaron medidas, la situación ya era irreversible. Los pacientes que durante los primeros días no recibieron los eficaces retrovirales, con los que se está trabajando a día de hoy, empezaron a fallecer. Hay quienes apuntan a una deficitaria infraestructura sanitaria. El caso es que actualmente México parece haber sabido contener los decesos y tener la situación bajo control.
El escenario actual invita a la tranquilidad, a pesar de las primeras alarmas. Los contagios se siguen produciendo en todo el mundo pero los síntomas parecen los propios de una gripe estacional: ligeras fiebres, tos, dolores musculares…Los enfermos se recuperan con cierta facilidad. Esto ha provocado cierta distensión en la opinión pública y han surgido voces que acusan a los gobiernos de haber alarmado en exceso a la población. Sin embargo, tal y como recuerda la OMS, el riesgo de pandemia no ha cesado. Seguimos a sólo un paso de la alerta 6. ¿Qué dirección puede seguir la crisis?
La experiencia del último siglo nos ha enseñado que el Hombre sufre una pandemia cada 40 años aproximadamente. La primera de ellas fue la denominada gripe española , en 1918; un azote que costó la vida de 40 millones de personas. Se calcula que un 2% de la humanidad desapareció por culpa de un virus que entronca genéticamente con el que ahora nos ocupa: el H1N1. Cómo ahora, la gripe afectaba a adultos jóvenes, lo cual, dejando al margen la tragedia que supone esta pérdida de vidas, supuso un duro golpe al tejido económico de un mundo que acababa de salir de una guerra mundial. La sangría humana de 1918-1919 se explicaba en gran medida por la ausencia generalizada de antibióticos para combatir la enfermedad.
En 1957 se desataría una nueva epidemia global, dejando un saldo de dos millones de muertos y en 1968 se produciría un rebrote, esta vez con 500.000.
Desde el resurgir de la gripe aviar en el sudeste asiático en 2005 y el consiguiente aviso de
Los expertos, sin embargo, invitan a no bajar la guardia. Los contagios se siguen produciendo entre humanos, algo que no había ocurrido hasta ahora y que ya advirtió la ONU en el referido anuncio de septiembre de 2005. En esa interminable dinámica de infecciones, el ARN del virus, que es muy propenso al error durante su replicación, puede mutar y dar lugar a una nueva variante que podrá ser más patógena aún o todo lo contrario, con lo cual la enfermedad simplemente acabaría por esfumarse.
En cualquier caso, científicos canadienses, en Ottawa, han anunciado que han aislado el H1N1 y la creación de una nueva vacuna se anuncia para dentro de unos 4 meses.
El reloj del fin del mundo
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