lunes, 24 de febrero de 2014

Entrevista a Francisco Martínez Hoyos, autor de Breve historia de Hernán Cortés

•¿Cree que había un vacío editorial sobre Cortés?
Sí, en cierto sentido existe un vacío editorial acerca de Hernán Cortés. No abundan los libros recientes dirigidos al gran público, capaces de unir el rigor con un estilo accesible. Últimamente, la obra de Christian Duverger, Crónica de la eternidad, ha suscitado un considerable revuelo, pero a costa de argumentos sensacionalistas. Su visión del conquistador cae muchas veces en la leyenda rosa, en un movimiento de péndulo respecto a tantos autores que presentan a una especie de nazi con armadura. Breve Historia de Hernán Cortés se propone, por el contrario, huir de ambos extremos.
•¿Qué van a descubrir los lectores leyendo esta obra?
El lector va a descubrir a un personaje complejo, muy difícil de encasillar. Por un lado, tenemos al comandante audaz, al líder seductor. Por otro, al estadista que, como decía el biógrafo Juan Miralles, inventó México. Llegado el caso podía ser implacable, capaz de protagonizar acciones que hoy nos parecerían crímenes de guerra. Pero también es cierto que demostró una genuina preocupación por los indios y fue capaz de obtener la alianza de los totonacas o los tlaxcaltecas para vencer al imperio azteca de Moctezuma. Muchas veces su tortuosa biografía se reduce a la conquista de México: por eso me ha parecido oportuno analizar con detalle episodios tan alucinantes como su expedición a Honduras, de catastróficos resultados. Tampoco se suele recordar que Cuando Carlos V fracasa en su ataque contra Argel, Cortés está allí, muriéndose de ganas de que le dejen encabezar el asedio contra la capital norteafricana, convencido de que va a repetir viejas gestas.
•¿Podría explicarnos el proceso que ha seguido para redactar una obra de estas características (documentación, fuentes empleadas, contrastación de datos…)?
Adentrarse en el mundo de Hernán Cortés supone, en primer lugar, partir de los grandes autores que lo han estudiado: Miguel León-Portilla, José Luis Martínez, Juan Miralles, Hugh Thomas... Conforme avanzas en la investigación, te das cuenta de que algunos datos no cuadran. No es cierto, por ejemplo, que Cortés estudiara en la Universidad de Salamanca. Pero sería imposible conocer la mentalidad de los conquistadores del XVI sin una lectura directa de los grandes cronistas de la época, en especial López de Gómara y Díaz del Castillo. Quedan, además, las fuentes indígenas. Los restos del pasado son, por naturaleza, parciales. Hay que intentar leerlos de una manera crítica, desde la conciencia de los intereses que mueven en cada caso a los protagonistas.
•¿Cómo espera que acojan los lectores esta nueva obra de divulgación?
Me gustaría, sobre todo, que este libro animara los lectores a redescubrir los lazos entre España y América y a evaluarlos sin prejuicios de ningún tipo. La leyenda negra nos ha hecho pensar en Cortés o en Pizarro como figuras siniestras, pero, en cambio, el imperio romano suscita emociones positivas. ¿Por qué? ¿Acaso Julio César conquistó las Galia con guante de seda? Hace ya algún tiempo, un editor me dijo que la Historia de América no interesaba. En el caso de nuestro país, eso es algo que me parece totalmente incomprensible. Ningún español puede conocer su propio pasado si prescinde de lo que sucedía al otro lado del Atlántico.

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